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Mujeres de la Biblia "ESTER"

Romina Rodriguez

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MIEMBRO DEL EQUIPO
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Ester era la doncella judía que se convirtió en reina de Persia y rescató a su pueblo de un plan cruel para aniquilar los. Su historia se registra en el libro del antiguo testamento que lleva su nombre. La fiesta judía de Purim celebra esta liberación especial de los judíos.

El rey Persa Asuero disfrutaba haciendo demostraciones públicas de su riqueza y poder, que incluía fiestas que a veces duraban muchos días. Obviamente, durante la fiesta que se menciona en el libro de Ester 1:10-11, el rey pidió que su esposa, la reina Vasti, viniera delante de todos los gobernadores y príncipes para mostrarles su gran belleza vestida con su corona. La reina Vasti rechazó la petición del rey, y él se enfureció. El rey Asuero consultó a sus asesores en la ley quienes declararon que Vasti había ofendido al pueblo de la tierra. Temían que las mujeres de Persia escucharan de la negativa de Vasti de obedecer a su esposo y comenzaran a despreciar a sus propios maridos. Sugirieron que el rey emitiera un decreto en toda la tierra para que Vasti nunca más pudiera entrar en su presencia.
Los cortesanos del rey Asuero le sugirieron que realizará una búsqueda de hermosas vírgenes en toda la tierra para encontrar una nueva reina. Ester, una judía cuyo nombre hebreo era Hadassah.

Ester era prima de un varón del linaje de Benjamín llamado Mardoqueo, quien también fue su guardián, habiéndola adoptado como su propia hija, cuando sus padres murieron. Cuando Ester fue elegida como candidata para ser reina, Mardoqueo le dio instrucciones de no revelar su origen judío.
Cuando llegó el turno de Ester para estar con el rey, ella supo ganarse el favor de todos los que la veían". Cuando el rey la vio quedó encantado que la amo mas que a las otras mujeres", y él la hizo su reina.

Algún tiempo después, cuando Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey, escuchó un complot contra Asuero. Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo. El plan fue frustrado, pero sobre todo olvidado. Vemos en este caso la continua conexión de Ester y Mardoqueo, así como su integridad. Tanto Mardoqueo como Ester honraron al rey y deseaban protegerlo de sus enemigos.
Después de esto, el rey nombró a Amán, y despreciaba el pueblo israelita. El rey Asuero le permitió a Amán hacer lo que quisiera a respecto, y se emitió un decreto a todas las provincias que, en un día determinado, que había sido elegido a la suerte, la orden era "destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día".

La reina Ester no sabía del complot contra los judíos, aunque ella lo descubrió cuando sus doncellas y los eunucos le dijeron que Mardoqueo estaba en apuros. Ester envió un mensajero a Mardoqueo para averiguar lo que estaba pasando. Su primo Mardoqueo le envió una copia del edicto y le pidió "que fuese ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo". Ahora, había una ley que no permitía entrar en la presencia del rey sin ser llamado, y Ester no había sido invitada por el rey durante los últimos treinta días. A través de su intermediario, Ester le informó a Mardoqueo su aparente incapacidad para ayudar. Él respondió, "No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. En una gran muestra de fe, Ester estuvo de acuerdo. Les pidió a los judíos que ayunaran por ella durante tres días mientras ella y sus damas también ayunaban, "entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley" dijo ella, "y si perezco, que perezca" (Ester 4:16).

Cuando Ester se acercó al rey obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano, una señal que representaba que aceptaba su presencia. Ester invitó a Asuero y Amán a un banquete ese día. El rey llamó a Amán y vinieron al banquete donde él le preguntó a Ester qué le gustaría, "aunque sea la mitad del reino" (versículo 6). Ester invitó a los dos hombres para que asistiera a otro banquete al día siguiente cuando iba a presentar su petición. Los hombres aceptaron.

Los eunucos del rey llegaron para llevar a Amán al banquete de Ester. Allí, Ester le dijo al rey que su pueblo había sido vendido para ser destruido. Mostrando gran respeto y humildad, Ester dijo que, si solo hubieran sido vendidos como esclavos, ella se habría callado, "pues tal angustia no sería motivo suficiente para inquietar a su majestad" (Ester 6:4). El rey quedó horrorizado de que alguien se atreviera a hacer tal cosa al pueblo de su reina. Ester reveló el hombre detrás del complot: "este malvado Amán" . Asuero salió el banquete enfurecido. Amán quedó detrás para suplicarle a Ester por su vida. Cuando el rey entró de nuevo en la habitación y vio esto, pensó que Amán estaba molestando a Ester, y luego ordenó que colgaran a Amán en la horca que él había construido para Mardoqueo.
Después que Amán murió, Asuero le dio a Ester la casa de Amán y a Mardoqueo le dio su anillo de sello, dándole a Mardoqueo la misma autoridad en el reino que Amán tenía anteriormente. Sin embargo, el decreto que había salido de Amán era irrevocable. Ester volvió a interceder ante el rey para que interviniera. Asuero ordenó que se escribiera otro decreto para contrarrestar el primero: este decreto les dio a los judíos el derecho a defenderse contra cualquiera que los atacara. Ahora había gozo en todas las provincias. Muchos incluso se convirtieron en judíos porque el temor de los judíos había caído sobre ellos. Algunos enemigos atacaron anteriormente en el día señalado, pero los judíos tuvieron la victoria sobre ellos (Ester 8).

Que nos deja esta historia:

Que la valentía y la fe de Ester en Dios, son un testimonio de la confianza que esta joven mujer tenía en el Dios vivo. Su vida es una lección sobre la soberanía de Dios sobre su creación. Dios maniobra cada aspecto de la vida para posicionar a las personas, gobiernos y situaciones en su plan y propósito. Puede que no sepamos lo que Dios está haciendo en un momento determinado, pero vendrá un tiempo cuando nos daremos cuenta de por qué hemos pasado ciertas experiencias, conocido determinadas personas, vivido en ciertas áreas, o realizado determinados viajes. Llegará el momento en que todo encaja, miraremos hacia atrás y veremos que nosotros también estábamos en el lugar adecuado en el momento preciso, así como sucedió con Ester. Ella estaba en el harem, ella fue reina, ella fue fortalecida y estaba dispuesta a interceder por su pueblo (Ester 4:14) y fue fiel en su obediencia. Ester confió en Dios y sirvió con humildad, sin importar lo que podría pasarle.
Ester es un recordatorio de la promesa de Dios, como está escrito en Romanos 8:28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
 
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